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EHC: TRES LETRAS QUE HABLAN DE UN PAÍS DERRUMBADO

En Venezuela es “común” escuchar a diario quejas acerca del incremento de los precios de los alimentos, de las largas colas para surtir combustible, de la mala conectividad a internet, las fallas en las telecomunicaciones, electricidad y servicios básicos que terminan por vulnerar los Derechos Humanos de las personas. También, es “normal” atribuir estas faltas a la “crisis humanitaria” que atraviesa el país; pero ¿es ese el término correcto?

Septiembre 2021

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) limita una crisis humanitaria a situaciones de emergencia producto de desastres, bien sea por eventos naturales, o aquellos derivados de conflictos armados de alta intensidad que pongan en peligro la vida de una cantidad considerable de personas.

Ahora bien, ante el significado del término, y debido a coyunturas que veremos más adelante, debemos definir la situación actual de Venezuela. El país sudamericano, vive lo que se conoce como una “Emergencia Humanitaria Compleja” (EHC) por ser el resultado de una combinación de inestabilidad política, conflictos y violencia, desigualdades sociales y pobreza subyacente; según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

En otras palabras, una emergencia humanitaria compleja no se puede declarar si no interviene en sus orígenes un causal estrictamente político, que afecte gravemente todos los ámbitos de vida, al desestructurar los sistemas económicos, políticos y socioculturales, haciendo que Derechos fundamentales, como el derecho a la alimentación, a la salud y a la educación -entre otros tantos-, se quebranten.

Cada Emergencia Humanitaria Compleja se diferencia por los factores que la componen, como los elementos causales, acontecimientos y resoluciones que tiene. Sin embargo, suelen tener las mismas características en mayor o menor grado, pues se ha originado por acciones políticas.

El Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo expone las siguientes características de una Emergencia Humanitaria Compleja:

• Estados débiles con altos niveles de pobreza.
• Hundimiento de la economía formal y el auge de la economía informal articulada mediante redes clandestinas.
• Conflicto civil o interno, estimulado por la economía política de la guerra.
• Incremento de la desnutrición, la pobreza y las epidemias.
• Éxodo y migraciones forzosas, causados por la necesidad de la búsqueda de ayuda.

En el caso de Venezuela se combinan todos estos factores. Sin embargo, es difícil determinar en qué grado se manifiesta cada uno, puesto que no existen cifras oficiales. Un ejemplo de ello es el Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela del 2019:

– El ACNUDH reunió y examinó, incluyendo documentos oficiales del Gobierno, informes de fuentes abiertas, legislación y documentación jurídica, informes médicos y forenses, contenidos de medios de comunicación (incluyendo de las redes sociales), videos, y fotografías. 

El ACNUDH remite a la información y a los datos oficiales siempre que es posible, pero nota que el acceso a dicho material es limitado, ya que las publicaciones oficiales, incluso estadísticas, han sido escasas e inexistentes en algunos ámbitos, por lo menos desde 2015. –

A pesar de la falta de datos para el presente análisis, se ha tomado en cuenta el trabajo de investigación y seguimiento que llevan diversas oenegés en el levantamiento de datos y la creación de reportes sobre la Emergencia Humanitaria Compleja, conocido como HUMVENEZUELA.

Por otro lado, retomando la definición de la emergencia “atípica” que afronta Venezuela, se puede decir que esta encaja en el concepto de Emergencia Humanitaria Compleja, acuñado por la ONU a finales de los años 80 para diferenciar las grandes crisis que se han generado desde entonces y que comenzó a usarse, como definición ampliada, para referirse a las situaciones desesperadas que azotaban a las repúblicas de Mozambique y Sudán, en los que el agravamiento de sus conflictos armados (de muy complicadas características sociales) se remontan a las últimas décadas del siglo XX.

Algunos antecedentes históricos

Las dos primeras décadas del siglo XXI afianzaron la utilización del término que ha sido aplicado a un grupo de naciones que enfrentan conflictos de gran magnitud, y que les permite ser clasificadas dentro de un catálogo de países a quienes se debe mirar con atención y brindársele ayuda.

Sudán, el país del noreste africano que hace frontera con Egipto, lleva más de 70 años enfrentando diversos episodios de guerras civiles que finalizan y vuelven a empezar. Originadas básicamente por motivos territoriales, étnicos, religiosos y económicos que son atravesados por diversas crisis políticas que, podrían resumirse – de no ser tan complicado atreverse a tal cosa – en un gran conflicto por el poder, es probablemente el primer país al que la Organización de Naciones Unidas califico como víctima de una Emergencia Humanitaria Compleja. Su problematizada diversidad de temas, dio origen también a las consideraciones que deben tomarse en cuenta a la hora de medir el impacto de una crisis humanitaria.

Fue importante pues, casi en simultáneo, cuando la ONU lidiaba con los gravísimos problemas de la República de Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, también parte del continente africano que, sin embargo, parece estar viviendo un repunte económico gracias a acuerdos de paz en una guerra civil que se extendió por 15 años aproximadamente.

Aunque no sea fácil establecer un momento histórico en el que el concepto Emergencia Humanitaria Compleja pasó a engrosar la lista de adjetivos que puede recibir un país en problemas, los casos de Sudán y Mozambique son relevantes porque dieron pie a la utilización del término y definieron de manera adecuada el elemento que hace compleja a la emergencia humanitaria: el origen político del problema.

Un pódium de conflictos

Yemen, La República Democrática del Congo, Afganistán y Siria, hacen compañía a Venezuela y unas pocas otras naciones, en el reconocimiento de sus crisis político sociales como Emergencia Humanitaria Compleja por decisión de diversas agencias de la Organización de Naciones Unidas, debido a que sus circunstancias extraordinarias llevan a que las capacidades locales sean superadas en razón de una crisis en que la vida de los nacionales está en inminente riesgo.

El caso de Yemen es particularmente llamativo debido a que no existe por ahora, ni el menor indicio de que se logre un armisticio para poner fin a la guerra civil que los acosa desde 2015, originada por intereses políticos encontrados. Lo es también porque es uno de los casos más complejos de EHC que actualmente se discuten en el mundo y su desglose podría tomar muchas cuartillas. Sin embargo, es interesante la comparación: En Yemen se vive una guerra declarada como tal desde hace 7 años, en la que ha habido graves violaciones a Derechos Humanos.

Amnistía Internacional, por ejemplo, ha hecho serias denuncias sobre la precaria situación de la población civil yemení y su lucha por la supervivencia, y diversas oenegés de alcance internacional han calificado el problema yemení como insoluble, hasta ahora.

Su conclusión más destacable es la misma que puede decirse de las poblaciones civiles de todos los países nombrados y, también, de Nigeria, Sudán Del Sur, Burkina Faso y Somalia. El problema político de todos estos países, ha trascendido el mero estamento sobre el que se asienta el poder y ha convulsionado de manera lamentable la vida de sus ciudadanos.

Allí es donde reside la génesis del asunto, considerando además que, el único país de esa lista que no vive una guerra civil – o de otro tipo – formalmente declarada y que, incluso, podría ser reconocido como un país “democrático” objetivamente hablando, es Venezuela. El gobierno totalitario de Nicolás Maduro, ha sido electo consecutivamente por los venezolanos, aunque se empieza a reconocer en el mundo que tales elecciones no han sido libres ni transparentes. Aun así, no es suficiente insistir en que la causa que hace muy difícil la subsistencia de una buena cantidad de sus habitantes, es un conflicto político en el cual el estamento militar se encuentra involucrado grandemente.

Hablemos de Venezuela

Entre las pocas cosas que en Venezuela no son opacas, la seguridad de que la crisis humanitaria tiene un origen político casi absoluto, ocupa el primer puesto. Todos los sectores, incluyendo un amplio grupo de Chavistas disidentes, opinan que la solución al grave conflicto social del país pasa necesariamente por una reconducción del gobierno. Lo que parece ser una opinión general, es que Venezuela necesita un cambio político completo que renueve, absolutamente, todas las instancias de toma de decisiones y ejercicio de poder.

De ese modo parecen pensar la mayoría de los actores involucrados y las personas que viven en el país; no solo por las presiones a las que está sometido el sistema político venezolano por diferentes razones, y los intereses que se ciernen sobre el resultado del conflicto, sino también, porque “lo humanitario” es una arena de disputa política por su naturaleza.

Es importante estar conscientes de que apelar al humanitarismo, por parte de quienes detentan el poder, siempre ha sido una tentación, ya que ayuda a cubrir de legitimidad y de buenas intenciones las acciones políticas, que de otra manera afectarían su prestigio.

Aun así, el humanitarismo se define por causar oposición y, mientras se revisa el largo historial de momentos que ha llevado a Venezuela a enfrentar esta Emergencia Humanitaria Compleja, hace bien hacer un pequeño inciso en lo ateniente al hecho humanitario.

Dice, Marie-Pierre Allié (ex Presidente de la sección francesa de Médicos Sin Fronteras):

– “La explotación política de la ayuda no es un mal uso de su vocación, sino su condición principal de existencia”.

Esas palabras de Allié le dicen mucho a los habitantes de Venezuela, aunque no hayan sido escuchadas jamás: uno de los hechos que abrió la brecha de la EHC en el país ha sido, sin duda, el humanitarismo y su explotación política.

Pasados algunos años, pues, y poniéndolo todo sobre la mesa, ya no hay duda: Venezuela atraviesa una Emergencia Humanitaria Compleja, (admitida entre otras agencias por la FAO) desde por lo menos, finales del año 2015. Un año especialmente fácil de recordar para los habitantes de Venezuela puesto que quizás sea el año del “punto de quiebre”. Justo el año en el que todos los indicadores de bienestar se desplomaron definitivamente y fenómenos, como la migración forzada, dio buena cuenta de la desesperación del que “vive aquí”.

¿Cómo puede explicarse con argumentos de algún tipo el deterioro de un país que durante más cuatro décadas (a partir de 1958) se había consolidado como una de las democracias más estables y una de las economías más prósperas de América Latina, que contaba con las ventajas

de ser un país con las mayores rentas petroleras del planeta, llegando a contar en determinados momentos con el mayor PIB per cápita de la región?

Es solo una de las preguntas que de manera recurrente intentan responder analistas con diferentes niveles de preparación académica y es también, la pregunta que más a menudo se hacen quienes padecen los embates del problema.

La respuesta a esa difícil interrogante se pierde en análisis y opiniones. La verdad es que cuesta un poco establecer un punto de partida a la Emergencia Humanitaria Compleja en el país en que el gobierno instaurado por Hugo Chávez en 1999, ha ido escalando lo que parece ser una montaña de dificultades cuyo vórtice es un definitivo conflicto político de gobernabilidad, que ha arrasado con la calidad de vida de varios millones de personas que se resisten a abandonar su país.

Para 2021, Venezuela registra la mayor crisis humanitaria del hemisferio occidental, que ocasiona entre otras cosas, una caída de su PIB en casi un 70% y un fenómeno hiperinflacionario inédito para la región de más de 400% hasta julio, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

Algunos números para una tragedia compleja

Hay datos que hablan por sí solos: la destrucción del sistema sanitario público causa graves daños a la salud de millones de venezolanos y se ha convertido en causa para emigrar. Se calcula que un número aproximado de 18,4 millones de personas que padecen distintas condiciones de salud se encuentran en peligro: 14,8 millones no tiene servicios de salud, 11,4 millones no tiene como hacer frente a los costos económicos de una enfermedad y 7,9 millones de personas podrían morir por falta de atención a sus graves problemas de salud, solo por mencionar algunos de los datos reveladores que pueden verse en el portal saludconlupa.org.

En Venezuela no existe un censo actualizado de habitantes, por lo tanto es casi imposible establecer una data fidedigna. Según el informe ENCOVID 2019, publicado en la página web debatesiesa.com, materias como la educación, en la que 3 de cada 10 personas están fuera del sistema educativo y 1.318.000 niños corren el riesgo de ser excluidos completamente, representando un 10% de la 

matricula “oficial” vive un nivel de afectación sin precedentes.

En realidad, no es una locura decir que el caos azota todas las áreas de la cotidianidad. En Venezuela, los servicios básicos fallan con frecuencia a un promedio alarmante, dejando poblaciones enteras con deficiencias de agua potable que suman un total de 6 u 8 meses al año; así como ciudades que promedian totales de aproximadamente un 33% del tiempo útil sin energía eléctrica, según informes del Comité de afectados por apagones en Venezuela y del portal Aulaabierta.org. En caso del estado Mérida, la organización PROMEDEHUM contabilizó 1.623 horas sin electricidad en promedio, entre el primero de marzo de 2020 y el ultimo de marzo de 2021.

Alimentación, transportación publica, vestido y ocio han sido extraordinariamente afectadas por la caída del valor de la moneda y la dolarización de facto en que se ha convertido la errática economía venezolana.

Según informes, sin verificación, del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población alcanzaría casi los 33 millones de personas para el 2021, para el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), la población en Venezuela para el 2020 era de 28.435.943 de habitantes.

Organizaciones internacionales estiman la migración forzada venezolana en un poco más de 5.7 millones de personas; pero, la verdad es que ese es también un sub registro. Se ha dicho que por la frontera colombo – venezolana salen de Venezuela un aproximado de 1500 / 2000 personas a la semana. Si eso es cierto, la crisis está creciendo agigantadamente pues se exporta a los países vecinos, no preparados para acoger tal número de nuevos habitantes.

Sin embargo, el impacto que la destrucción de las condiciones de vida ha causado a los habitantes de Venezuela, solo puede calcularse a partir de datos no oficiales.

El presente trabajo, entonces, propone una suerte de “paneo” sobre las diferentes aristas que tiene vivir en el contexto de una Emergencia Humanitaria Compleja y se irá desarrollando a lo largo de las próximas semanas. Venezuela trasciende, por mucho, las 5 características fundamentales que conceptualizan el término; no obstante, estamos seguros que en medio de la grave dificultad, y del alto costo emocional, la comunidad venezolana se está aferrando a algo, muchas veces intangible, para capotear la crisis.

Aunque no hay intención de hacer un análisis de cualquiera de las soluciones sociales, humanitarias o políticas puestas sobre la mesa, es importante reforzar el estado de permanente búsqueda de soluciones al que se enfrenta la población de Venezuela cada día.

Es bastante probable que esa forma de entender lo que no puede ser normalizado y de hacer “común” una queja ante malos servicios, mala calidad de vida y alta desesperanza, sea lo que permita entender definitivamente el concepto Emergencia Humanitaria Compleja y, en su complejidad, hacerla vivible hasta que pueda ser resuelta.

No en vano también se suele decir que es “la esperanza es lo último que se pierde”.

Referencias

https://cepaz.org/noticias/emergencia-humanitaria-compleja-venezuela/
http://www.fao.org/emergencies/tipos-de-peligros-y-de-emergencias/emergencias-complejas/es/
https://www.civilisac.org/emergencia-humanitaria-compleja/las-emergencias-humanitarias-complejas-caracter-politico
https://www.dicc.hegoa.ehu.eus/listar/mostrar/85
https://www.hrw.org/es/report/2019/04/04/la-emergencia-humanitaria-en-venezuela/se-requiere-una-respuesta-gran-escala-de#
http://conviteac.org.ve/cronologia-de-nuestra-emergencia-humanitaria-compleja/

Imágenes Flickr Provea

“Emergencia Humanitaria Compleja” (EHC)