Mulier, una nueva generación de mujeres que lucha por la igualdad de género en los barrios del Zulia

Mariela Nava, Tw: @navamariela, IG: @Marielitanava

Mayo 2022

Igualdad de género, feminismo ¿Cuántas veces has escuchado estos términos en los últimos años?, seguramente muchas, pero realmente ¿sabes lo que significan? El estado Zulia suma más de una década de violaciones sistemáticas a los derechos fundamentales de sus habitantes. Crisis en el servicio eléctrico, fallas en el suministro de agua potable, acceso a la salud, inseguridad y un sistema educativo venido a menos, todo agudizado por la emergencia sanitaria del Covid-19.

Las mujeres, niñas y adolescentes del país enfrentan a diario una serie de situaciones que vulneran sus derechos, lo que hace impostergable atender, hablar y educar para construir una base sólida que permita vencer el machismo y la violencia. Transformar la realidad y construir una generación de mujeres libres y seguras.

La historia venezolana marcada por una sociedad patriarcal, machista y opresora, dio parte a que un grupo de mujeres empoderas y consientes de la realidad violenta que las rodea comenzaran a buscar información sobre movimientos feministas en otras partes del mundo. Eliminar barreras de idioma, con textos más amigables y explicativos que mostraran un camino que debe entenderse como una lucha justa por el respeto y la equidad.

Así nació Mulier en el año 2016, gracias a la inquietud de dos amigas que se preguntaron si habría más mujeres que se interesaran por este tipo de contenidos feministas. De a poco crearon una página web y comenzaron a sensibilizar, a mostrar las realidades de las mujeres en el mundo. Un año después se conformaron como una asociación civil y entendieron que debían ir más allá.

Para Estefanía Mendoza, coordinadora de planes, proyectos y planificación de Mulier, la situación que vive Venezuela es cada vez peor en el contexto de derechos humanos. “Ya no era suficiente compartir información a través de páginas web o redes sociales. Era necesario hacer trabajo en terreno”.

Las alianzas con otras organizaciones del estado como la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez), Proyecto Mujeres y la Red Feminista, dieron sus frutos y fueron el punto de partida para las primeras actividades de campo. Comenzaron a visitar comunidades para compartir conocimientos en actividades educativas y así se han mantenido hasta hoy.

Seis personas conforman su equipo de trabajo. Profesiones como politólogo, psicología, derecho, periodismo y un grupo de voluntarios, han logrado abonar el terreno para el crecimiento de un cambio importante en la sociedad femenina zuliana. Aunque sus recursos son limitados, Mulier es bienvenida en los hogares de Maracaibo y han sido testigos de la trasformación pero también, actores importantes en la prevención de violencia familiar y trata de personas.

Y en estos puntos han basado sus tres líneas de acción. La primera, es la prevención de trata de mujeres y niñas en contexto migratorio a través de un proyecto llamado Libres y Seguras que comenzó en 2019. El vacío de cifras oficiales incitó a Mulier a hacer un monitoreo de medios para recabar información sobre los casos reportados, no solo sobre la trata de personas sino además, de femicidio.

Mendoza explica que este es un subregistro que han llevado en 2018, 2019 y 2020, pero están consientes que “en los medios salen los rescates, los operativos, algunas situaciones que logran llamar la atención y que se lograr cubrir, pero no salen las que se escapan solas, las que pagan su libertad, o las familias que pagan rescates. Son muchos números que están quedando por fuera, pero este monitoreo nos da una idea”, dijo.

El informe #LibresYSeguras presentado por la organización zuliana en 2021 reveló que 147 víctimas venezolanas fueron rescatadas de redes de trata, de las cuales 53 son niñas y adolescentes, “demostrando la urgencia de atender y prevenir este delito para garantizar a las mujeres y niñas venezolanas su derecho a vivir libres de violencia”, manifestó la politóloga Verónica Mesa, coordinadora de investigación de Mulier.

De ahí que hacer labor de prevención de estos casos se hace imperativo, lejos de darle una connotación negativa a la migración venezolana, la idea es que las mujeres tengan presentes e identifiquen los riesgos a la hora de salir del país y mantenerlas alerta ante ofertas falsas de trabajo. Mulier comenzó a ir a las universidades de Maracaibo.

“Hablar con mujeres jóvenes nos parece que es un buen vector dentro de la familia porque hablan con sus papas, hermanas y otras jóvenes. Comenzamos a dar charlas en espacios universitarios y nos dimos cuenta que la gente que se consigue con esta situación lo ve como una anécdota; eso nos mantiene la necesidad de seguir haciendo trabajo de prevención, de ubicar a la gente, de ponerle nombre a las cosas. Que entiendan que son dinámicas de trata, que esto es esclavitud moderna que se ensaña con las mujeres, niños y niñas, y que también le puede pasar a los hombres y efectivamente le pasa a muchos venezolanos que caen en trabajos forzados o que les retienen salarios”, dijo Estefanía.

La organización creó una guía de prevención para enseñarle a las jóvenes herramientas sencillas que se dictaron de manera presencial hasta que llegó la pandemia por Covid-19. Luego migraron a foro-chats y continúan con la promoción de material de interés a través de las redes sociales, y desde este año también tendrán presencia en el estado Falcón con talleres comunitarios para hablar de este tema y del uso de las redes sociales, que actualmente es una herramienta peligrosa para la captación de víctimas.

“Este tema es necesario hablarlo, hay que compartir información en todos los sectores de la población venezolana porque le puede pasar a cualquiera”, advirtió Mendoza.

La segunda línea de acción, es la atención psicológica gratuita para mujeres. Desde octubre de 2019 comenzó de manera presencial atendiendo tres mujeres dos veces a la semana en la oficina de Mulier. Una vez que la pandemia se impone en Venezuela y con ella la escases de combustible, el equipo decide migrar a atención telefónica. La demanda de atención fue mayor.

“Esta modalidad dio la posibilidad de hacer acompañamiento, de brindar primeros auxilios en situaciones de violencia y llenar el vacío de atención”, comenta Mendoza

La necesidad de atención se exacerbó con la pandemia. Para Estefanía son casos complicados, muchas veces retadores que obligan a tener una estructura terapéutica que acompañe y de herramientas. Pero en una crisis eléctrica como la que padece el estado Zulia, mantener esta ayuda es cuesta arriba. “Es difícil cuando no hay buena señal, cuando las llamadas se caen, cuando se va la luz, el tema de la crisis en los servicios también va complejizando prestar ese apoyo de la atención psicológica”.

La última línea, está orientada a la promoción del feminismo, mantener la promesa alcanzable de los derechos de las mujeres en la agenda pública. “Realmente con todas nuestras coyunturas políticas y sociales es difícil que se entienda que los derechos de las mujeres son una urgencia y que estamos afectadas por la emergencia humanitaria compleja , que esto no es un tema que se puede posponer para cuando cambie el gobierno y tengamos democracia, no, es una urgencia porque las mujeres están recibiendo impactos fuertes, no solo social y económicamente, sino incluso de salud mental por la pandemia, el confinamiento la exposición a la violencia y la falta al acceso a la justicia”.

La criminalización de la defensa de los derechos

La búsqueda de voluntarios es constante en las organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos humanos, cuestión que no es fácil en medio de la represión del gobierno nacional, la migración y la criminalización de estas organizaciones.

La respuesta institucional es estéril. “Hemos recibido denuncias de mujeres que llaman a la policía en una crisis, en una situación de violencia y la policía le dice que no se puede mover porque no tienen gasolina. Aunque fomentamos la denuncia, la institucionalidad no da respuestas, por eso consideramos que hay que salir adelante en la medida de nuestras posibilidades, trabajar para que las mujeres tengan el trato digno que merecen y la atención para estos casos de violencia”, dijo Estefanía.

Particularmente en el caso de Mulier, los obstáculos tienen diferentes orígenes y consecuencias. Después de cinco años de activismo no han logrado constituirse, actualizar actas o abrir una cuenta bancaria por la prohibición que hay en los registros.

Según explicó Mendoza, estas trabas impiden la posibilidad de tener financiamiento para proyectos, apoyo o donaciones. “Hay que tener especial cuidado en un contexto como el venezolano, tratar de tener todo organizado para que la gente sienta confianza, mantener políticas de transparencia, pero es muy difícil tener alternativas que hagan a la organización autosustentable”.

“El clima en general de hostigamiento y acoso contra las organizaciones, la criminalización del trabajo que se hace o en especial el tema del financiamiento, que además cuesta tanto, son dificultades serias. A veces tenemos muchachas que quieren ser voluntarias pero ven casos como la detención de Azul Positivo y la mamá le dice: mira, la gente que trabaja en eso la pueden meter presa. Ese mensaje tienen un efecto y la gente tiene temor en hacer lo que hace”, argumentó Mendoza.

Además, la migración del personal de Mulier también ha restado. Irónicamente son más los que salen del Zulia a otros estados, que los que se van de Venezuela y las causas son básicamente las mismas del resto: Fallas eléctricas y escases de combustible.

Aunque la atención psicológica vía telefónica le permitió a Mulier llegar a otras zonas del estado como Mara, La Rita y Machiques, el acceso a los servicios básicos se convierte en un obstáculo por las fallas en la conexión de internet y telefonía.

Para hacer trabajo comunitario hay que tener precaución en las comunidades que se abordan, seleccionar el contenido y evitar riesgos. “Son muchas capas de dificultades que hay que ir enfrentando y que de verdad es un reto. Una de las estrategias que nos ha funcionado es el acompañamiento, no hubiéramos podido hacer este trabajo sin el apoyo de otras organizaciones que nos han acompañado, que nos han compartido estrategias”, dijo la representante de Mulier.

Pero nadie dijo que la lucha por la defensa de los derechos era fácil, de hecho en ninguna época lo ha sido. Así que Mulier continúa su marcha firme y enérgica convencida de que en la unión de las mujeres está la clave para vencer la violencia, discriminación y estereotipos.

Rueda la voz

El apoyo y la transferencia de información es sumamente importante para el trabajo de hormiguita que hace Mulier en la región. Por eso llevan a las comunidades folletos, calcomanías y panfletos que se quedan en las manos de las mujeres que asisten a los talleres, proyecciones de películas y charlas, para que sean ellas mismas las que rueden la información con familiares y amigas.

Estefanía Mendoza dijo que el valor que tiene el material que reparten resulta incalculable debido al alcance que puede tener, y no solo por lo transferible que sea, sino que muchas veces puede salvar una vida. “Siempre hay esa idea de compartir el mensaje con otras mujeres que lo necesitan. Siempre vemos que el mensaje es bien recibido”.

Actualmente Mulier realiza dos actividades por mes en terreno, además de otras actividades como foro-chats, apoyo a otras organizaciones zulianas como Codhez, Azul Positivo y Rehabilitarte. Mantienen activas sus redes sociales y organizan actividades para conmemorar fechas importantes como la del 8 de marzo.

Además tocan otros temas como el acoso callejero, aborto, maternidad, derecho al espacio público, higiene menstrual, salud mental en el marco del confinamiento, entre otros.

La meta de este año para Mulier es seguir ejecutando sus líneas de acción y concretar su presencia en el estado Falcón, insisten en trabajar arduamente en la prevención de trata. “Sentimos que está aumentando y que cada vez hay menos recursos para atenderlo por parte del estado, parece que cada vez hay menos interés”.

Para la organización Mulier es fundamental que la sociedad entienda y valore lo que significa para los seres humanos tener garantía de los derechos humanos.